Texto y fotografias por una gentil cortesia de http://www.elheraldo.hn/
Mi forma de ser y mi espíritu son muy vulnerables a los cambios, por eso manejo diferentes materiales, técnicas y motivos. No sigo una línea fija, he sido contrario a hacer repeticiones de algún tema.
Reservado, de hablar pausado y con un amplio bigote que “ya es parte de mi personalidad y lo he sabido manejar”, así es Gustavo Armijo, quien decidió, allá en la segunda mitad de la década de 1960, que su vida la dedicaría al arte plástico, mientras estudiaba Educación Física, en Costa Rica.Después de estar en el país centroamericano Armijo se trasladó a México, donde alimentó su ávido deseo de aprender más sobre lo que le apasiona. Pero su incursión permanente en el arte no tuvo lugar sino hasta que regresó a Honduras, después de residir durante una década en Estados Unidos, país al que llegó como indocumentado, “en parte por trabajo, y en parte por amor”, reconoce con tono serio. A su regreso retomó su carrera, en la que ha incursionado con obras en grabado, dibujo y escultura, y en las que ha logrado trasmitir su punto de vista, que tiene como principal aliada la sensibilidad que le caracteriza, representada por medio de la belleza del cuerpo humano. A lo largo de más de 30 años de carrera, durante los cuales han habido algunas pausas, el artista nacional ha realizado muchos proyectos que le han permito dar a conocer su obra en Honduras, Centroamérica, México, España y Estados Unidos. Conozca más sobre el artista cuya formación inicial la recibió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, lugar que le abrió “un mundo totalmente diferente a las cosas tradicionales de este medio pequeño donde ser artista es complicado”.
¿Qué fue lo que vivió en Costa Rica para tomar la decisión de quedarse en las artes plásticas? Pues su ambiente, este país es muy acogedor en cuanto a las expresiones artísticas, conocí artistas, y ahí tomé un rumbo: continuar con la educación física o las artes. Por eso a mi regreso de Costa Rica me voy a México a estudiar artes plásticas, ahí estuve cuatro años.
¿Cómo surgió la oportunidad de irse para México? México era el punto clave de las artes plásticas, teníamos toda la referencia de los muralistas mexicanos, y era barato en aquellos tiempos. Estuve en México del 70 al 74 en la Academia de San Carlos, donde tuve maestros como Francisco Moreno Capdevila (grabador), quien influyó mucho en mi trabajo. En ese tiempo México era la meca de las artes plásticas, y todavía estaba vivo Sequeiros y había un gran movimiento artístico.
¿Qué hizo a su regreso a Honduras? Una de las cosas que hice fue la fotografía, trabajé en el Codeh por muchos años, también trabajé por un tiempo como maestro, di clases temporales en Bellas Artes y en algunos colegios de Tegucigalpa. En los 80 había que buscarle forma a la vida, hasta hacer mantas para estar activo.
¿Cuáles fueron sus primeros proyectos en las artes plásticas? Hay una exposición muy importante en mi vida que se llama los “Gigantes tristes”, es bautizada así por el escritor Eduardo Bähr, era una colección de personajes de grandes dimensiones, fue mi primera exposición individual y me marcó porque tuvo muy buena repercusión, además era muy joven y exponer de una forma individual en la juventud era muy importante.Después de hacer obras en dibujo
¿cómo fue que incursionó en la escultura? Comencé en la escultura en los años 80, por recomendaciones de un amigo, Obed Valladares, quien siempre vio en mi dibujo algo escultórico. Entonces con él empiezo a trabajar en materiales suaves como la arcilla, después en otros como madera y piedra, pero todavía en escultura me hace falta mucho, todavía hay unos proyectos para hacer escultura en otros materiales.
La figura humana ha sido la protagonista en la mayoría de sus obras, ¿por qué? A través de la historia la figura humana ha fascinado a los artistas, y es bello el cuerpo humano tanto de la mujer como del hombre. He trabajo con ella casi siempre, no haciéndola fiel, sino distorcionándola, decorándola, todo un juego de volúmenes en el cuerpo humano. La he planteado desde muchas perspectivas, en los años 80 era con la violencia, la pobreza, todo el entorno, y estábamos marcados por la influencia de la pintura latinoamericana. Hoy hemos cambiado los tópicos, la planteo más artística, más bella.
¿Qué reacciones espera cuando la gente admira sus obras? Quiero que el espectador juzgue mi trabajo como muy interesante, no como muy bonito sino como muy interesante, me gusta que la persona se pare delante de la obra, la analice y le dé una interpretación, que la haga pensar en algo.
En el grabado, escultura y dibujo ¿son diferentes sus motivaciones? No, mi motivación es plasmar ideas, es resolver temáticas, es recrearme, dar tiempo a un trabajo y disfrutar de lo que se está haciendo, para después mostrar, pero principalmente el gozo de construir algo.
¿Qué otras cosas le gustaría hacer? Hay muchas cosas por hacer, y cosas en las que puedo participar. Me gusta participar, cuando encuentro bases e invitaciones me someto a los criterios de los jueces, de los que invitan a estos certámenes. Este año viene la Bienal de la Universidad Autónoma, espero participar, el año pasado participé en dos bienales, una en Córdova, Argentina, y otra en Yucatán, México, dentro de la disciplina del grabado.
¿Considera que el arte en Honduras va por buen rumbo? El arte es la cara limpia de Honduras, es un fenómeno, porque es un país donde tenemos tantos problemas, y el arte es una excepción.
¿Se considera un artista tradicional? No, el arte siempre es refrescante, es renovación, siempre va a haber arte actual, el arte siempre es contemporáneo.
Usted en una ocasión dijo que su obra es experimental, ¿desde qué punto de vista? Desde el punto de la aprehensión, hay que borrar, hay que pensar, hay que estudiar, hay que leer.
Usted ha dicho que sus exposiciones primero nacen en papel, ¿por qué es importante eso? Porque la idea se divaga, en papel se hacen grandes proyectos que no se llegan a plasmar, a revisar inmediatamente. Entonces el boceto, el cuaderno de dibujo es importante en un artista, plasmar la idea que algún día se puede realizar, y que gracias al registro que se tiene de ella se puede transformar.
¿Usted considera que su obra es espontánea? Pues puede nacer en un café, en una servilleta, o en todo caso puede nacer en una bolsa, como la exposición de bolsas de café que ilustré y llegué a plasmar, no tiene un lugar, no tiene un momento, la idea viene y hay que jugar con ella.
¿Cuáles son los sueños de Gustavo Armijo? Seguir produciendo, seguir viviendo, me encanta vivir, desde trabajar en lo mío hasta sembrar plantas de todo tipo, me gusta la jardinería porque es un pasatiempo agradable.
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